Cinco años atrás comentaba en el blog la publicación en los años 30 de varios artículos de Luis Espina y Capo sobre las minas de mercurio del término de Pedroche
Aquella entrada del blog suscitó un primer comentario que, entre risas, comparaba el hallazgo con el fiasco del mercurio en Belalcázar hacia finales del siglo XIX, y que resultó ser producto de los derrames de mercurio desde las carretas que circulaban por la vía del azogue, desde Almadén a Sevilla. El autor del comentario, además, ponía en duda la existencia de dicha sustancia en aquel contexto geológico.
La zona de Pedroche se enclava en el Batolito de los Pedroches, una gran masa plutónica de unos 2.800 kilómetros cuadrados de extensión, surcada por diques y filones de cuarzo principalmente, a los que se asocian en la mayoría de los casos minerales metálicos de muy diversa índole, que han sido objeto de explotación en gran número de yacimientos de la zona. Con esto solo vengo a decir que no cabe descartar la existencia de cinabrio en el Batolito de los Pedroches, que es la mena de la que hablaba Luis Espina y Capo, aún en el caso de que un posible yacimiento de mercurio en la zona no cumpliese las condiciones para ser considerado explotable. Una cosa es dudar de la existencia de mercurio y otra bien distinta es que éste resulte explotable.
En análisis efectuados en los últimos años, algunos minerales del batolito acusaron la presencia de mercurio, por lo que no cabe decir que éste no pueda estar presente en la zona por no tratarse de un contexto geológico apropiado...En fin, lo dejaré ahí, pero seguiré comentando el tema del cinabrio, como ahora veréis.
Hace poco recordé haber leído libro sumamente interesante que espero aclare un poco el tema de la
existencia de cinabrio en Pedroche. Se trata de la publicación titulada: "Prospección y Estudio mineralométrico de yacimientos detríticos. Aplicación del método en el Batolito de Los Pedroches", de Carlos Vaquero Nazábal, editado por la Empresa Nacional Adaro de Investigaciones Mineras, S.A. (ENADIMSA) en 1977. Dicho libro se basa en la Tesis del mismo autor, leída en la E.T.S. de Ingenieros de Minas de Madrid en el año 1975, y que recibió la excelente calificación de Sobresaliente "Cum Laude". Por suerte tengo un ejemplar que el propio autor me regaló en su momento.
Bien, en la página 179 del citado libro, indica su autor lo siguiente:
"CINABRIO.
Este
mineral, desconocido hasta el momento en la mayor parte de la zona prospectada.
Apareció con inusitada frecuencia en los concentrados de batea.
Se presenta
en forma de fragmentos irregulares, más o menos redondeados, de color rojo de
sangre característico y brillo adamantino fuerte (fotografía 25).
Apareció en
910 muestras, aunque por lo general con bajos contenidos. En los planos 10 y 11
se han representado las 27 muestras que proporcionaron un contenido superior a
1 g/m3. Todas ellas, a excepción de 2, están situadas sobre G.A.B.
La zona más
interesante está junto al pueblo de Pedroche, donde el máximo contenido
alcanzado fue de 24 g/m3, teniendo los granos diámetros de hasta 2.5
mm.
Con este
mineral no se puede hablar de depósito detrítico importante, pero una campaña
táctica de geoquímica en suelos, complementada con una geofísica, podría
indicar el camino para la localización del posible depósito primario".
Obsérvese que la zona con mayor contenido en cinabrio se encuentra cerca del núcleo de Pedroche. Adjunto recorte de la fotografía nº 25 que cita el autor, así como del plano nº 11 donde figura la zona prospectada que mostró mayor concentración de cinabrio.
Recorte del plano Nº 11 del libro citado en el texto. Autor: Carlos Vaquero Nazábal. |
La vía del azogue que unía Almadén con Sevilla no pasaba por Pedroche, puesto que el itinerario era:
Almadén-Santa Eufemia-El Viso-Hinojosa del Duque-Valsequillo-Fuente
Obejuna-Granja de Torrehermosa-Azuaga-Berlanga-Llerena-Montemolín-Monesterio-Santa Olalla del Cala-El Ronquillo-Castilblanco de los
Arroyos-Alcalá del Río-Guillena-Santiponce-Sevilla. Algo alejada de Pedroche como para aceptar posibles derrames de mercurio, y menos aún para explicar "derrames" de cinabrio, si lo que transportaban esas carretas eran frascos de mercurio y no mineral.
En 1927, Antonio Carbonell, unos años antes de la publicación de Luis Espina y Capo, apuntaba la posibilidad de que el mercurio de Pedroche pudiera proceder de hurtos llevados a cabo aprovechando el transporte de granito destinado a la construcción, desde Pedroche a Almadén, hacia el año 1780. Tampoco tendría explicación plausible el hecho de encontrar cinabrio y no mercurio (ya que alguien robó, supongo que robaría el producto terminado, o sea el mercurio, y no la mena (cinabrio)). En cualquier caso tampoco tiene mucho sentido que más de 200 años después todavía existieran concentraciones apreciables de cinabrio en los cursos de agua próximos a Pedroche, como se pone de manifiesto en la prospección llevada a cabo por Carlos Vaquero en los años 70 del pasado siglo XX.
ADARO fue una empresa pública estatal dedicada a la prospección minera, referencia obligada en España durante muchos años, con grandísimos profesionales de la geología y la minería en su plantilla (tal es el caso de Carlos Vaquero), que estudió a fondo todo el Batolito de los Pedroches y sobre cuyas conclusiones no me cabe la menor duda, aunque algunos puedan seguir creyendo en teorías extrañas sobre el contexto geológico de Los Pedroches ;-)